26/04/2024
Opinión

Escuela, familia y comunidad; nexos ineludibles (VII)

Las comunidades son los conglomerados humanos, que se han sustraído del conjunto geográfico mundial, para asumir características que les sean propias y por las que se distingue cada una. Así como las naciones se sustraen del conjunto mundial, también se sustraen,  las comunidades locales del conjunto nacional, para formar entidades diferenciadas.

La representación simbólica, del sentimiento nacional, está representado,  esencialmente, en la bandera; en ella, símbolos y colores se encargan de identificar valores, que les son propios a cada nación, como parte de la comunidad internacional.

En el caso dominicano, nos identificamos como comunidad internacional, por el azul y el rojo alternado, con la cruz blanca. Todo esto bordea al escudo nacional, en cuyo centro, una Biblia abierta, hace un llamado,  que nos invita a leer, en Juan capitulo 8 versículo 32. Yconoceréis la verdad, y la verdad os hará libre. Esta última aseveración constituye el núcleo de nuestro sentimiento patrio. El único país del mundo, que presenta la Biblia y  de ella, un versículo que induce a su lectura y obediencia, como acto sagrado de sabiduría, templanza y sustentación de valores.

De esa sentencia se alimentó el pensamiento de Duarte, basado en esa sentencia, Duarte educó y formó a sus compañeros de lucha; bajo esas premisas se desarrolló la vida del patricio. Todos lo sabemos, pero nos cuesta  el sacrificio de seguir su ejemplo. Duarte no solo oró a Dios por ayuda, sino que interpretó la ayuda y accionó, en torno a esta.

 Duarte nunca tomó una decisión, en busca de lo suyo, su visión alcanzó a ver al bienestar colectivo, el bienestar de la comunidad, por encima del suyo. La base de su actuación hay que buscarla en su profunda convicción cristiana, a la que fue inducido por el llamado de Juan 8:32. Cristiano, no por decir, sino por vivir en constante búsqueda y práctica de la verdad.

La iglesia local, como parte esencial de la comunidad, debe apoyarse en los referentes inmediatos, que brinda la comunidad misma, para demostrar que los pasos de Cristo, han sido seguidos por hombres y mujeres; que son ejemplos de valor, digno de ser imitados.  Hombres y mujeres, como todos nosotros; que pisando sobre sus huellas, nos acercamos cada vez más a él; porque así lo hicieron ellos. No en vano son sujetos de veneración.

 Duarte al sellar  compromisos, con sus iguales, lo hizo iniciando con las palabras: en nombre de la santísima, augustisima trinidad de Dios omnipotente; y al cerrar cada evento lo hacía con las palabras Dios patria y libertad; Dios estaba primero en cada una de sus decisiones.  Es el mismo Duarte, que entregó sus bienes, en nombre de la causa; el que rindió cuentas, al momento de administrar el bien público y que se negó a ser víctima del envanecimiento por las sobreabundantes lisonjas. ¿Con esto, dio Duarte muestra de ser un buen cristiano?

Si fue así, ¿por qué la iglesia cristiana local, permite que Duarte sea mal utilizado, por los bucaneros y filibusteros, dispersos en el seno de las comunidades; siendo este un referente del buen cristiano? Es mentira que emulen a Duarte, en sus actuaciones; pero, peor que mentir, es callar reacciones a esas ofensas al testimonio de un buen cristiano.

Afirma  Darrow  L. Miller que: La cultura del desarrollo, demanda que las personas tomen responsabilidad individual por sus vidas y que estén activamente involucradas; que sean personalmente responsables por la vida cívica de sus comunidades. Un trabajo inmediato, para las iglesias cristianas, es rescatar a los hombres y mujeres, en cuya vida existe un buen testimonio, compartible en la realidad temporal y geográfica, de nuestra comunidad.

 En cada caso, los portadores del buen testimonio, en su momento, al tomar decisiones, se habrán preguntado;  ¿en esta situación, qué habría hecho Cristo? Sus atinadas decisiones han de venir de esa breve  reflexión.  

La misión que se impone a la familia, la escuela y la comunidad, es rescatar el buen nombre y utilidad del testimonio de los hombres y mujeres, que han dado muestra de entrega, en lucha por el bienestar de su comunidad y rechazar a todo aquel, que en base a mentiras, trata de cobijar su mal testimonio, bajo la sombra de aquellos.

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