La historia de los estudios cinematográficos Pixar está llena de revolucionarios y resonantes éxitos, y no cabe duda de que entre ellos la película Finding Nemo, con sus casi mil millones de dólares recaudados a nivel mundial, ocupa un lugar especial.
Durante años, el público esperó ansioso una nueva incursión de Pixar dentro del universo de Nemo y sus amigos. Ya fuera una continuación directa de las aventuras de este travieso pez o una escisión o subproducto de la marca –lo que los Americanos llaman spin off– todos nos preguntábamos cuándo volveríamos a ver al pequeño Nemo de nuevo en el cine.
La espera fue larga, pero finalmente Finding Dory retomará el legado del entrañable e inolvidable pez payaso. ¿Podrá Dory emular o sobrepasar el éxito de Finding Nemo? Esa la pregunta que muchos se hacen, y la respuesta la tendremos en las próximas semanas.
Dado que Finding Dory no es en sentido estricto una secuela o continuación de la película ‘Finding Nemo’, uno no puede dejar de preguntarse si esta habrá sido la estrategia correcta para retornar el simpático personaje a la gran pantalla o mantener la franquicia en movimiento.
Por otro lado, mientras Finding Nemo fue un título sencillo, provocativo y sugerente; lo mismo no puede decirse de Finding Dory, aunque la diferencia entre un título y otro esté representada por un simple cambio de nombre.
Por el mero hecho de existir un precedente inmediato y directo con idéntico título –Finding Nemo– el nombre de este nuevo capítulo de la saga resulta repetitivo, monótono y poco inspirado.
Tal vez ello no tenga ninguna repercusión en el desempeño del film en la taquilla, e incluso Finding Dory pudiera terminar siendo más divertida y exitosa que aquella. Pero de entrada y con su similar encabezado, eso no es precisamente lo que proyecta el film.
La próxima semana, sin embargo, cuando se estrene la película comenzaremos a despejar la incógnita. Y por supuesto, luego de 13 años de espera, es innegable que la nostalgia jugará un papel vital en la recepción que tendrá la película.
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