18/04/2024
Cine

«Live by Night»: fallida y decepcionante

Era completamente normal esperar que el siguiente proyecto de Ben Affleck generara bastante atención y expectativas, luego de tres decentes películas en su filmografía como director, incluyendo la entretenida Argo, con la cual ganó el Oscar al mejor film del año en el 2013.

Por ello, al joven realizador le fue aprobado un presupuesto holgado, consiguió armar un sólido reparto y se le garantizó además, una privilegiada fecha de estreno: diciembre 25.

Sin embargo, ¿Qué sucedió? El film fue recibido con frialdad por el público y ha sido un sonoro fracaso entre la crítica y la propia industria del cine. ¿Dónde reside el problema? En la propia concepción de la película, y tal vez el excesivo liderazgo asumido por Affleck.

Live By Night es una producción de grandes ambiciones tanto en el aspecto técnico como en el alcance y magnitud del sentido épico que arrastra su historia. En consecuencia, en lugar de enfocarse en uno u otro aspecto, el director Affleck trató de ampliar su radio de acción incluyendo la mayor cantidad de temas y aspectos en su relato. Al hacer esto, no obstante, el film termina como un vago, pálido e impreciso esfuerzo que lo intenta una y otra vez, pero nunca llega a puerto.

Affleck, quien produce, además de dirigir, tiene el rol principal y también escribió el guión del film basado en la novela del mismo nombre, escrita por Dennis Lehane, da vida a Joe Coughlin, un veterano de guerra aún perseguido por los tramas de su experiencia bélica que trata de abrirse paso en el bajo mundo de la mafia en Boston con ‘pequeños trabajos’ de robo, primero, y luego mediante el contrabando de ron.

Estamos en plenos años veinte, la época de la llamada Ley Seca o prohibición, y Joe quien juró a sí mismo solo guiarse por sus propias reglas, trata en principio de correr en solitario sin involucrarse con la mafia italiana ni con la irlandesa. Pero luego conoce a la bonita Emma (Sienna Miller), hija de un mafioso e involucrada con otro. Es a partir de ahí cuando comienzan sus verdaderos problemas.

Desafortunadamente, esta es una historia con la que uno nunca se identifica, no hay empuje, pasión o ese rasgo de autenticidad que cautive o convenza; y los diálogos, por otro lado, se sienten rebuscados y sentenciosos.

De todos modos, aunque la historia a ratos se siente trillada y uno no puede dejar de desprenderse de la sensación de deja vu, había tanto potencial en este film –no sólo nos habla de la prohibición y las mafias italianas e irlandesas, sino además del fanatismo religioso, la adicción y el racismo entre otros temas– que es penoso y frustrante que concluya como una producción fallida y decepcionante, carente de chispa e intensidad dramática.

La película entretiene a ratos y tiene sus momentos, en especial aquellos con Brendan Gleeson, Miller, Chris Cooper y la misma Zoé Saldaña. Sin embargo, no hay cohesión en ellos, el ritmo avanza a trompicones y la unidad no existe.

Los únicos aspectos que brillan con luz propia aquí –si obviamos el correcto desempeño del elenco, con la excepción de un Affleck incapaz de conmover a nadie o generar entusiasmo –son el vestuario y el diseño de producción. En ambos renglones, la película atrae la atención y admiración del espectador con el detallado esmero con el que han sido trabajados.

Por tal razón, esta película de gangsters con aspiración de ‘film noir’, luce estupendamente impecable, crédito también para el trabajo fotográfico de Robert Richardson, pero como dice la vieja canción carece de alma, corazón y vida.

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