19/04/2024
Opinión

Gobernar: suerte y azar

Un intelectual, escritor, profesor, periodista, de respetable familia, devoto de la política, discreto, sin aparentes apetencias materiales, logra ser presidente, contribuye con un relativo avance material del país, pero representa un régimen férreo, oscurantista, de sangre y fuego.

Un destacado productor agropecuario, todo un hacendado, que despierta la esperanza en un campo próspero, con inclusión social, con aportes a la seguridad alimentaria, además de hacer que soplaran vientos democráticos, alcanza la Presidencia y culmina suicidándose.

Un exitoso y reconocido abogado, apreciado por la sociedad, considerado como un referente, llega al poder y termina arrasado por una crisis económica y social, una poblada con cientos de muertos en las calles y luego perseguido judicialmente, en un proceso fabricado por intereses políticos y hechos judicializables.

Un joven de barrio, deliveryboy en Nueva York, profesor, lector voraz, recatado, humilde, abogado, analista de alto vuelo, consigue subir las escalinatas del Palacio Nacional a temprana edad e impulsa desde ahí una era de transformación y crecimiento económico.

Nunca en su vida administró un ventorrillo, pero encabezó varios gobiernos marcados por el liderazgo puntero en la región en evolución del PIB, con estabilidad indiscutible y modernización del Estado, pero se le reclama haber sido permisivo e indiferente frente la corrupción administrativa. Causó decepción y  a su salida del poder, una oleada de protestas grupales lo persiguió de manera tenaz, hasta el descrédito. Todavía paga el precio.

Un hombre rural, amigable, campechano, cálido, cercano a la gente, con marcas agroempresariales reconocidas, referencial como Secretario de Agricultura en su juventud, compra a los votantes con su sonrisa franca y alcanza el solio presidencial, pero deja al país envuelto en un solo desastre, con una crisis financiera y fiscal sin precedentes y sospecha de complicidades y maridaje con quienes destruyeron la economía.

Un armador político, estratega de campaña, bañado por la sabiduría pueblerina, sureño sagaz, conocedor del Leviatán, nos da sostenido crecimiento, estabilidad en el tiempo y relativa paz social, ampara a los pobres, los visita, come con ellos,  pero tiene sobre sus hombros copiosas denuncias de corrupción, controversias, inversiones cuestionadas. Fue bloqueado en su intento de reelección y su obra económica ha sido desmoronada  por un elemento exógeno fuera de su control: el Covid-19.

Un gobierno exitoso depende de muchos factores: el momento histórico, el equipo que le acompaña, el enfoque, la visión, la capacidad de liderar cambios, la trazabilidad, la ética, la transparencia, el coraje para las reformas, el cumplimiento de la promesa y la resiliencia. Aún así,  la suerte y el azar pueden ser determinantes.

Artículo escrito por Víctor Bautista

Máster en Dirección de Comunicación OBS/Universidad de Barcelona. Proyect manager del plan de comunicación de crisis de la Asociación de Bancos de la RD a raíz de la caída de tres bancos en 2003. Director de comunicación de la ABA. Editor económico, jefe de redacción, director de medios impresos, de TV e internet. Diplomado en economía por Empírica y Universidad Católica Santo Domingo. Productor del segmento Contante & Sonante (economía y finanzas) en el programa Cuentas Claras.

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