19/04/2024
Opinión

Escuela, familia y comunidad: nexos ineludibles en RD. (1)

El orden social heredado del desarrollo histórico de cada pueblo, confiere responsabilidades a cada institución, siendo las de la escuela y la familia, coincidentes o interdependientes para todas ellas. Existe un vínculo ineludible entre estas dos instituciones, tan fuerte que los resultados de una afectan de manera inmediata a la otra. En todo caso, las acciones desarrolladas en una, alimentan bien o mal a la otra.

Dado el hecho de que la revolución educativa está formando no solo para almacenar conocimientos en el cerebro de nuestros niños/as y jóvenes, sino para asegurar un mejor sistema de relación entre los individuos que componen la sociedad; la comunidad, como asiento obligado de cada uno de ellos, entra de manera obligada a esta relación.

Para que sea así, es necesario que medie un conocimiento detallado de las características con que cuenta cada uno de estos elementos relacionados. Con todo y que son elementos universalmente definidos, existen particularidades que lo diferencian como son: el medio geográfico, poder adquisitivo y orientación del servicio, aun entre las que son de un mismo tipo, aparecen diferencias a las que es necesario prestar atención.

De ellos, la escuela es el elemento menos cambiante, por ser dependiente de una superestructura que ofrece el direccionamiento total del proceso, aun así se establecen diferencias, que van desde el tipo, nivel, la cobertura, privado o estatal, etc. De manera que la comunidad y la familia se ven impactadas por estas, dependiendo de las características que cada una encierra.

La familia y la comunidad, deben saber, con cuales acciones fortalecen el logro de los indicadores o en cuales conductas los niño/as y jóvenes reflejan su avance en el logro de este. De no ser así, los padres y la misma comunidad, acostumbrados a las ya superadas evaluaciones cuantitativas, donde un número lo decía todo; estropearían la consecución del logro, por no entender el reflejo de una conducta del hogar o de la vida comunitaria, en el conjunto evaluativo; donde lo más importante es lo cualitativo o sea la calidad de esta.

En una relación, en que la escuela, tiene una desventaja de 20 a 4 horas o de 16 a 8 horas, frente a la familia y la comunidad, si agregamos a esto, las 48 horas totales del fin de semana; la escuela enfrenta un verdadero apuro, por lo que adquiere mucho valor, el poder contar con unos aliados preparados para cooperar, en vez de desviar o retrasar el proceso.

Esa preparación radica en el conocimiento pleno por parte de familia y comunidad, de los indicadores de logros y las conductas más visibles, que lo reflejan.

La escuela, por su parte debe tener claramente definida la idea de; para cuales tipos de familias trabaja, de ellas ¿Cuál es la mayoritaria?, ¿Cuál es el número de miembros con que cuenta la familia?, ¿cuál es la situación laboral de la familia? , ¿Cómo es la disposición interna de la vivienda en que residen?, ¿cómo es la vinculación de la familia a la vivienda?, ¿cuáles son los factores de riesgos del entorno de la vivienda?, etc.

De la comunidad, la escuela debe definir; si es rural o urbana, estructura vial, producción, principales instituciones, su historia, folklores, personalidades notables, problemas, carencias, proyectos en ejecución, proyectos a futuro. Desde la escuela es de donde se trabaja el verdadero empoderamiento comunitario; allí es donde los actores habrán de ensayar el papel social, que más tarde ejecutaran.

La educación vinculada a la realidad y con una visión transformadora, es aquella que desarrolla su plan, tomando en cuentas, esas realidades tanto de la familia como de la comunidad. No puede ser interesante para el alumno, un plan que no se vincule a sus realidades y que no aporte vías de solución. Por esto la primera fase de la planificación escolar, es un estudio a profundidad de sus clientes a servir y su situación, tanto familiar, como comunitaria.

Para esto no es necesario que las comunidades y las familias se trasladen a las escuelas; esto se logra con una efectiva red de trabajadores sociales, que alimenten a cada una de las tres instituciones vinculadas.

La escuela de la revolución educativa, si bien cuenta con un espacio físico, su alcance no se detiene en los límites de ese espacio; la idea que encierra no tiene muros que le detengan, es infinita y debe bañarlo todo.

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