19/04/2024
Espectaculos

El merengue siempre va de la mano del turismo

El merengue es considerado como nuestro ritmo nacional por excelencia. En estos días se habla mucho del merengue y sus relevos. De los cantantes tradicionales y su renovación. Que supuestamente no cala en la juventud y el merengue de una forma u otra sigue ahí.

Cuando hablamos de merengue no importa por la situación que este pasando el ritmo tiene un vínculo con nuestra idiosincracia, a tal punto que siempre nos acompaña en grandes acontecimientos, históricos, sociales, deportivos, políticos y hasta de invasiones.

Datos históricos nos indican que el merengue nació con la partía, aunque se toma de referencia el 1854, como el año donde aparece la primera reseña escrita que habla del ritmo.

Pero antes de la fecha mencionada, ya las bandas militares tocaban merengues, bajo la tutela, del teniente coronel Juan Bautista Alfonseca Baris. La historia habla de los 1840. Haciendo cronologías, un poco rush, incluyendo variantes y modalidades del ritmo, como el merengue típico, que se mantiene hasta nuestros días. la invasión norteamericana del 1916-24 y el acoplamiento del pambiche.

La influencia de Luis Aberti, la misma dictadura de Trujillo, se afianza en el merengue para mantener e imponer su dominio a clases altas y bajas.

Acabada la dictadura dando pasos dentro de todos los entuertos politicos,sociales y economicos ,el pais la misma sociedad en general, entendía cada día más que nuestro ritmo nacional por excelencia el merengue, mantenía y desarrollaba mas plataformas artísticas y musicales, que venían dando matiz a un género.

Desde sus comienzos, esta música fue rechazada y al mismo tiempo fue base fundamental en la inspiración de grandes temas musicales, que le han dado la vuelta al mundo, originando un vínculo entre la música y el pueblo, bien definida con unos resultados tan efectivos, podemos decir hoy nos conocen dentro y fuera del país, considerándonos como la tierra del merengue. Citaremos algunos de los temas: «Compadre Pedro Juan», «Cana Brava» y «Los Algodones» junto a otros ya catapultados al unísono con el merengue como parte de nuestro folklore.

Del 1961 al 1978, la República Dominicana pasa por grandes desafíos políticos y sociales, como la caída de la dictadura, el Triunvirato, el golpe de Estado 62 contra Juan Bosch, el Abril del 65 que vino con la segunda intervención de Estados Unidos. Todos estos acontecimientos no impidieron que para el 1968 el país diera en el clavo creando lo que hoy todavía, aunque de manera diferente, se sigue llamando Festival del Merengue.

La historia esta ahí, con Ángel Miolán a la cabeza, recordando que los principios en varios casos nunca son satisfactorios, desde aquel día antes buscaron y estudiaron cuál era la mejor fórmula y un atractivo turístico para nuestros vecinos más cercanos y el mejor target fue Puerto Rico, su mes de julio, con su fin de semana largo antes del 25,  entre celebración de Constitución, próceres y vacaciones, dio por fin un evento de atractivo turístico con el merengue a la cabeza en este festival.

Observación: ¿cómo es posible que siendo el merengue un aliado de nuestro turismo y representante de la identidad musical, hoy se quiera decir que van a utilizarlo como atractivo para atraer turistas, si en gran medida ese gancho el merengue fue y es parte fundamental?

No sería mejor decir que el Ministerio de Turismo, como en tiempos anteriores, reafirma su confianza con su aliado más fiel y efectivo, un ritmo que sin recibir oxígeno gubernamental es el alma de más seguridad para llamado a entretener, recibir y despedir a un turista que llega al país a disfrutar de nuestras maravillas naturales, servicios, artesanía , bebidas, con un ritmo pasado en años y como quiera no perde su papel de identificación al dominicano, que es buena gente, servicial y alegre, con apertura para fusionarse con otros ritmos como la bachata, el dembow, la salsa, la balada pop, sabiendo que el merengue es nuestro ritmo nacional por excelencia.

Artículo escrito por Fiscal del Merengue

Orlando Ramírez, mejor conocido como El Fiscal del Merengue. Reside en Puerto Rico desde hace muchos años, donde asumió una defensa gratuita del ritmo nacional dominicano. Locutor, productor y animador de eventos.

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