19/04/2024
Espectaculos

Crítica musical al disco «El boogaloo está en algo» (1965), de Johnny Ventura

Esa fusión de ritmos afrocubanos mezclada con el soul de Estados Unidos que en los 60 tuvo sus años de apogeo es la espina dorsal de El boogaloo está en algo, el LP de Johnny Ventura y su Orquesta (Kubaney MT-340) que cumple 50 años. Este disco coloca al líder del Combo Show en unos primeros años que acentúan su versatilidad artística: no solo al merengue se circunscribía su propuesta de ritmos tropicales.

Este LP recoge un interesante compendio de títulos y estilos musicales. A medio siglo de su grabación, el tema «Ella baila boogaloo» conserva su frescura, y una actualidad que invita a rememorar con entusiasmo aquella época. La realidad artística del momento imponía experimentar para atraer nuevas audiencias y Ventura desde sus primeros años en el arte era un visionario que nadaba con la corriente. «El boogaloo está en algo» es otra canción de mucha calidad y «Boogaloo pa’ gozar» es una pieza rica del salero que sazonó la inigualable música de este gran artista.

Y cuando apuntamos que este es un LP con una selección versátil, no faltamos a la verdad. Once títulos que abordan con elegancia no solo el boogaloo, sino también el merengue que no puede faltar en su repertorio. «El can» es un preludio de «Protesta de los feos» que posibilitaba ver en escena a los integrantes del Combo Show haciendo algo más que música. El merengue en esta producción apela a los patrones tradicionales, como es el clásico «San Antonio», composición de Ñico Lora; «Juan Gomero (Gómez)» o el clásico «Los algodones» y cierra con «Cosas y cositas», un tema bailable con poca sustancia en sus letras.

Johnny Ventura se aventura en esta producción en abordar otros estilos –primero el boogaloo y luego están las canciones del merengue– como el guaguancó «A Sony». Una canción vibrante que se equipara a muchos de los clásicos cultivados por los representantes más célebres de este ritmo que en los anos 60 gozaba de una popularidad sobresaliente. Y canciones como estas fueron las que precisamente le permitieron a Johnny alinear un verdadero combo que en escena era todo un show.

El universo musical en torno a este LP ubica la carrera de Johnny Ventura en el epicentro del arte dominicano en esa época. Si el artista hacía justicia al guaguancó, no podía faltar esa salsa picante que nos ofrece en «Triángulo», interpretada por El Caballo en sus tonos penetrantes, que le permiten ir más allá de los registros convencionales. Escuchando este disco 50 años después nos permite sumergirnos para evocar esos tiempos en los que la calidad predominaba no solo entre los grandes, tan grande como luego pudo ser Johnny, sino también en la propuesta que abrazaron la mayoría de las orquestas que emergieron después. El boogaloo está en algo cumple ahora medio siglo de historia, y quizás falten otros 50 para que empiece a perder valor artístico, pero eso estaría por verse.

Artículo escrito por Máximo Jiménez

Periodista, crítico de cine. Ex presidente de la Asociación de Cronistas de Arte (2011-2013), autor del libro «La gran Aventura de la bachata urbana» (2018).

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