28/03/2024
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Piercing bucal, una moda que pone en riesgo tu salud

Piercing es la práctica de perforar o cortar una parte del cuerpo humano, generalmente para insertar aretes o pendientes. Estas perforaciones son una forma de modificación corporal y reflejan tanto valores culturales, como religiosos y espirituales, y además parte de la moda, erotismo, inconformismo o identificación con una subcultura. Esta práctica se ha hecho común en adolescentes y adultos jóvenes, pero esta moda está provocando muchos daños en la salud bucodental.

Lo que puede parecer un simple adorno constituye una verdadera amenaza y atenta contra la salud de quienes los portan, al producir daños considerables a nivel de cavidad oral. Antes de tomar la decisión de colocarlos es importante conocer los posibles riesgos y algunas de las complicaciones, estas son:

Las hemorragias son una complicación posible durante la perforación especialmente en un órgano tan vascularizado como es la lengua, que contiene la arteria y la vena lingual con sus diferentes vasos.

Inflamación y dolor: tras una perforación los tejidos circundantes empiezan a inflamarse, incrementándose el proceso durante los días siguientes. Estos efectos pueden prolongarse algunas semanas. Los tejidos que rodean la herida causada debido a la inflamación o a la ulceración, provocan dolor.

Lesiones nerviosas: la lengua es un órgano inervado por diferentes pares craneales como el nervio trigémino, el facial, el hipogloso y el glosofaríngeo. Existe el riesgo de lesionar algún nervio durante la colocación de piercing, pudiéndose alterar el sentido del gusto o la función motora, en forma de parestesia, según el nervio afectado. La pulpa dentaria también puede afectarse.

Piercing en los labios.

Piercing en los labios.

Infecciones locales: los piercings se pueden infectar localmente. Bacteriemia: se deberá solicitar atención sanitaria si aparecen síntomas de bacteriemia como fiebre, escalofríos, temblores y un enrojecimiento circundante a la perforación. Transmisión de enfermedades: la infección podría deberse a una mala higiene, a instrumentos mal esterilizados o a un mal aislamiento del campo local.

Podrían transmitirse virus como el HIV, la hepatitis B, C, el herpes simple, el Epstein-Barr, infecciones por cándidas o bacterias como el tétanos, las pseudomonas, los estafilococos aureus, los estreptococos, etc. Endocarditis bacteriana: pueden provocar una grave infección del endocardio valvular en personas que sufren alteraciones cardíacas previas. Angina de Ludwing: es una infección bacteriana debida principalmente a un estreptococo hemolítico.

Puede presentarse inmediatamente después de la perforación intraoral, provocando una celulitis difusa del suelo de la boca y de la región suprahioidea que afecta al tejido conectivo y se extiende rápidamente a la región submadibular, submental y sublingual. Esta infección puede dificultar el habla, la deglución y la respiración llegando a comprometer la vida del paciente, por lo que es imprescindible un tratamiento urgente.

Alergias a los metales: puede aumentar el riesgo de irritaciones crónicas o de hipersensibilidad al metal.

Traumatismos y fracturas dentarias: El hábito de empujar y jugar con el pendiente contra los dientes o el hecho de tener un objeto extraño en la boca puede ocasionar fracturas, fisuras, abrasiones o desprendimientos del esmalte provocando sensibilidad al frío o dulces y dolor.

 

Alteraciones periodontales: La acción reiterada del traumatismo metálico contra el periodonto puede causar una leve, moderada o severa recesión gingival junto a traumas en los tejidos vecinos. La recesión gingival puede provocar una abrasión de la superficie radicular con un aumento de la sensibilidad y una predisposición a la caries en la zona expuesta.

Acúmulo de placa bacteriana y formación de cálculo: por el contacto continuo con los dientes.

Aspiraciones e ingestiones: La mala fijación puede provocar su aspiración o deglución, ocasionando lesiones en el aparato respiratorio o digestivo, y riesgo durante las intubaciones.

imsis080-092Sialorrea: El contacto de un artefacto metálico en la boca puede estimular la producción de saliva.

Corrientes galvánicas: Los pacientes pueden mostrar una hipersensibilidad en las restauraciones de amalgama en contacto con el metal del piercing.

Alteraciones del habla, masticación o deglución: puede obstaculizar el habla al interferir los movimientos normales de la boca provocando defectos en la pronunciación. También la masticación y la deglución pueden estar comprometidas debido a la interposición del objeto.

Desgarramientos: Ocurre en los piercing faciales durante la colocación de prendas de vestir, con el rozamiento de objetos y en los piercing linguales por los movimientos de la misma.

Los odontólogos deben incorporar en su práctica los tratamientos para cada complicación que pueda surgir por la colocación de los piercing bucales y faciales que puedan llegarles a consulta y trazar estrategias de prevención para evitar el uso de los piercing divulgando las consecuencias que puede traer para la salud de los pacientes la colocación de estos aditamentos, considerando que generalmente son personas sin conocimientos especializados en la profesión quienes realizan las perforaciones, sin condiciones higiénico-sanitarias o conocimientos científicos para ello, y sin pensar en las consecuencias que originan a la salud.

Si a pesar de todas estas posibles consecuencias, ya has decidido ir adelante con el piercing oral, contacta con tu odontólogo para que pueda comprobar que todo va correctamente y que no hay ningún síntoma de infección u otra complicación. Las revisiones regulares al Odontólogo son muy importantes para poder prevenir y detectar a tiempo estas lesiones.

Por supuesto, la mejor manera de evitar todos estos riesgos es no hacerte el piercing o quitártelo si ya lo llevas. Así que piensa un momento si vale la pena comprometer tu salud por un capricho estético o una moda.

Artículo escrito por Karla Marina

Doctor en Odontología. Especialista en rehabilitación bucal, propietaria de clínica dental especializada, donde desempeña la práctica privada, junto con un equipo de profesionales de las diferencias áreas de la odontología moderna. (Email: dra.karlamarina@gmail.com)

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